Recientes estudios científicos apuntan a conclusiones claras acerca de la influencia de las persianas en la calidad del sueño. ¿Son realmente tan importantes? Aquí te contamos las conclusiones a las que se ha llegado gracias a las últimas investigaciones.
El aislamiento acústico y térmico de las persianas es clave
De acuerdo a las observaciones realizadas, dormir a oscuras es clave para favorecer la producción de melatonina. La melatonina es considerada la hormona natural del cuerpo que induce el sueño y ayuda a la relajación psicofísica, claves para tener un sueño de calidad.
Cuando llega la noche, la melatonina se incrementa y, con su llegada, la temperatura del cuerpo comienza a bajar. Ese es el proceso químico que hace que prepara el cuerpo para dormir.
Pero la luz natural y los ciclos solares van variando a lo largo del año, mientras que nuestra rutina no suele hacerlo: está marcada por los mismos horarios para ir a trabajar y, por lo general, para irse a dormir. Es en ese punto donde entran en juego las persianas.
Las persianas ayudan a mantener una rutina regular para darle el descanso necesario a cada uno. Si no hay persianas o se quedan altas, la luz natural o incluso artificial -como las farolas- va eliminando la hormona del sueño, lo que alerta al cerebro para que se levante.
A todo esto, hay que sumar las personas que tienen rutinas de trabajo nocturno y requieren dormir mientras ya hay luz natural.
Para todas las situaciones mencionadas en este post es necesario regular la luz que entra en la habitación, así como su temperatura.
Como en todos los casos, hay una excepción: quienes sufren miedos o terrores nocturnos pueden beneficiarse de dejar pasar una cantidad muy reducida de luz.
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